UNA EXPERIENCIA ÚNICA
"O Camiño dos Faros"
Beti Vizcaíno
Es muy difícil plasmar con palabras lo vivido durante esas cuarenta y ocho
horas, tantas emociones y experiencias juntas, pero voy a intentarlo.
Llegamos a Malpica a las once de la noche pasadas, tiempo bastante justo
para contactar con la organización y salir porque el trail comienza a las doce
¡¡empezamos con el estrés!!
La salida es muy emocionante, viendo que tu marido no es el único loco que
se anima a “disfrutar” de un ultra trail por una buena causa. Felipe me
presenta a varios compañeros de batallas de los que tanto había oído hablar y
que no conocía, y nos ponemos en marcha. Un minuto de silencio en memoria de
las víctimas de Angrois y paseo por Malpica a ritmo de gaitas, escoltados por
Trasnos y miembros de Fegerec portando antorchas y pistoletazo de salida, allí
van por el paseo unos 40 o 50 corredores entre los 26 que intentarán el reto de
los 203 y los que se han apuntado a acompañarlos los primeros quilómetros.
Desfile de frontales a trote borriquero por la costa de Malpica y los perdemos
de vista.
Informo por whatsapp a familia, amigos y miembros del club que están
pendientes de Felipe, que ya ha salido y ahora toca abordar mi táctica de la
noche. Aunque es la primera noche y salen provistos de todo lo necesario para
esas primeras horas (frontales con pilas, guardavientos, agua, barritas
energéticas, frutos secos, geles, fruta, etc.) decido buscar un sitio donde
esperarlos más o menos a mitad de la noche por si necesitan algo, porque para
el primer avituallamiento faltan muchas horas. Estudio el recorrido en el mapa
y el destino es la playa de Niñóns, ponemos el GPS en marcha y arranco a ver si
doy con ella. ¡Bingo! He llegado, es la una de la mañana, buena hora para echar
una cabezadita mientras no llegan. Como según el horario previsto pasarán por
allí sobre las 5,15 h. decido poner la alarma del móvil para las 4,50 h. para
que me dé tiempo a espabilarme antes de que pasen y estar atenta a ver si
distingo la luz de las frontales porque no estoy muy segura de que donde estoy
aparcada sea un punto de paso. Me acomodo en el coche y a dormir, pero no es
tan fácil, a unos cien metros hay un grupito de 5 ó 6 tiendas de campaña,
parecen varias familias amigas con niños incluidos, que no tienen las mismas
intenciones que yo, así que hasta las dos y pico no paran los movimientos de
linternas, puertas de coche que se abren y se cierran, cuchicheos y risas… pero
sobre las dos y media parece que todo se queda oscuro y en silencio así que me
duermo.
De repente algo me despierta, tumbada en el asiento trasero miro la hora,
sólo son las 4,15 pero parece que ya ha amanecido porque hay mucha claridad,
pero… la luz parece que se mueve, me incorporo y ante mí…¡La Santa Compaña! Un
grupo de luces bajan hacia el coche trotando, en el momento en que están
delante del coche abro la puerta (con lo que se enciende la luz interior):
“Hola chicos ¿qué hacéis aquí con una hora de adelanto” (alguno se lleva un
pequeño susto porque no esperan encontrar a nadie)
“Este que nos trae a fume de carozo” (no sé quién es este, no veo caras,
solo frontales que me alumbran).
Aquí está el primer grupo, en el que se encuentra Felipe, traen un buen
ritmo porque se han adelantado prácticamente una hora al horario previsto, les
ofrezco agua fresca que algunos aceptan y se ponen de nuevo en marcha, pero en
ese momento llega el todo terreno de la Cruz Roja con algún Trasno y se paran
cinco minutos más, aunque la pareja de canarios aprovecha para despegarse y
seguir ruta, desde este momento irán siempre (o casi siempre) en cabeza. Objetivo
conseguido, he visto a Felipe, ha repuesto la mochila y va bien aunque el rito
que llevan es alto.
Siguiente punto faro del Roncudo; al llegar veo un coche aparcado ¿qué hará
aquí un coche a las 5,30 de la mañana? Supongo que será una parejita de
enamorados y aparco lo más alejada posible para no restarles intimidad ¡Qué mal
pensada! Después me enteraría que eran Trasnos durmiendo esperando a que
llegasen los corredores.
Bueno, una vez aparcada salgo a ver cómo está la noche y aunque sopla mucho
el viento la temperatura es muy agradable. Toca preparar más bebida isotónica y
bolsas de surtidos de frutos secos por si Felipe necesita reponer algo, y así
estoy entretenida hasta que empiezo a ver los primeros frontales a lo lejos,
parecen sólo dos, ahora los veo, ahora no los veo, ahora los vuelvo a ver y
poco a poco se acercan hasta que llegan a mí. Sólo son dos, el dúo canario, que
me comentan que viene el resto detrás que les han hecho un avituallamiento y que
los demás paraban demasiado por lo que ellos decidieron arrancar solos en
cabeza. Me piden agua (deben confundirme con los Trasnos de la organización, y
no será la única vez) y les invito al agua fresquita que llevo en la nevera
para Felipe, inocente de mí, cuando me doy cuenta en vez de beber están rellenando
los depósitos de su mochila, los dos, ¡adios agua fresquita Felipe! Arrancan
rumbo al puerto y al poquito aparece el grupo de Felipe. Pletóricos, han
superado la primera noche y se encuentran muy bien, unas palabras, y rumbo al
puerto de Corme.
Están acabando de montar el avituallamiento porque los corredores siguen
recortando tiempo y van con algo más de una hora de adelanto, pero menudo
avituallamiento: café, leche, caldo limpio, fruta (sandía, naranja…) bocadillos
de jamón serrano y de nocilla, barritas energéticas, aquí no falta de nada.
Diez minutos observando como terminan de montar y ya está aquí de nuevo Felipe.
Comenta que empieza a molestarle un poco en la ingle porque se le está
irritando, así que se unta un poco más en vaselina, desayuna y ¡Oh, sorpresa!
Llega un equipo sanitario compuesto por fisioterapeutas, enfermeras y podóloga.
Felipe aprovecha y pide que le hagan unos estiramientos y queda como nuevo.
Le sugiero que va siendo hora de ponerse en marcha pero prefiere esperar a
algunos de los que no han llegado, porque prefiere ir en grupo con la gente que
conoce que suele llevar su ritmo. El whatsapp empieza a despertar con preguntas
de todo el mundo para saber cómo va Felipe. Les comento que está esperando a
algún compañero y empiezan a machacarme el teléfono: que no lo deje esperar,
que no puede romper el ritmo, que no debe ir pendiente de nadie, que vaya a su
propio ritmo… Le traslado toda esa información y aunque reconoce que es
demasiada espera, al final resultará ser una buena táctica porque algunos de
los forman el grupo de salida de Corme será su compañero todo el recorrido y
llegarán con él a Finisterre. Llevan 41 km. y ya han superado una noche, me
parece muchísimo pero viendo todo lo que queda por delante... Yo estoy algo cansada,
casi no he dormido, pero por lo menos no he corrido y pienso en que ellos
llevan cerca de 9 horas en movimiento y me parece que es una misión imposible
aguantar otras 36 horas así.
Podría seguir contándoos parada por parada como me sentía y como los
encontraba, pero entonces esta crónica no se acabará nunca así que resumiré un
poco.
En Ponteceso la parada es justa, beber y comer algo y arrancar, siguen muy
bien de tiempo y sale el mismo grupo junto. Llegada al dolmen de Dombate, los
turistas que van a visitar el Dolmen están sorprendidos: mesas con comida y
bebida, camillas para masajes y curas, en el aparcamiento hay montado un
restaurante y un hospital de campaña. Más de 65 quilómetros sobre el cuerpo,
algunos empiezan a necesitar que la podóloga les trate los pies, pero según
ellos hace milagros, algún estiramiento más y toca comer, ensalada de pasta a
mayores de todo lo que les ofrecieron en el desayuno. El tiempo está ayudando
mucho, aunque hay mucha humedad en el ambiente y la temperatura es ligeramente
alta, no calienta el sol, el cielo cubierto les ayuda en esta dura batalla.
Los veo de nuevo en Laxe, donde me uno a Bea Fariña y a Berto, que se
incorporá en Camelle para acompañar a Felipe en uno de los momentos más críticos
del ultra, la segunda noche. Siguen con ventaja sobre el tiempo oficial y están
pensando en dormir algo por la tarde para afrontar mejor la noche; no os hagáis
ilusiones, dormir algo será dormir una hora, pero no nos adelantemos. En Laxe
paran lo justo, y continúan hacia el Faro de Laxe y Playa de Soesto donde
merendarán algo. Felipe llega con “sus partes” escaldadas del sudor y del roce
y necesita la ayuda de las enfermeras que le cubren de talco como a los bebés.
Cinco y pico de la tarde sale de nuevo el grupo, en el que se encuentran
los cuatro “jinetes del apocalipsis”, Felipe, Jabalí do Sacho, Quito Ponteceso
y Jorge García, con la intención de dormir a la salida de la playa aprovechando
que van por delante del tiempo previsto, y duermen sí, una horita, ni más ni menos. Felipe deja sorprendidos a sus
compañeros porque aún no ha apoyado la cabeza en la arena y ya está roncando,
je, je, a Jabalí que está a su lado no le hará mucha gracia. Pasada la hora
justa de nuevo en marcha rumbo a Camelle donde les espera una paella y
churrasco para reponer fuerzas y afrontar la noche que será una etapa dura.
Los esperamos en Camelle al olor de la paella y el churrasco que les
ofrecerán de cena, acompañados de un amplio grupo de Trasnos que a estas
alturas ya están más que impresionados por la gesta de estos corredores, ellos
que se han pateado todo el trail (eso sí, por etapas) y que conocen la belleza
y la dureza de la prueba. Antes de que lleguen salen camino de Cabo Vilán la
pareja de canarios, incansables, a su ritmo, con sus paradas cronometradas y
que en ese momento son la cabeza de carrera de los corredores que la van a
hacer completa. Mientras Berto y Javier Estévez que también se incorpora en
este punto, se preparan para su etapa nocturna llega el grupo de Felipe y los
recibimos con los aplausos y los vítores de los Trasnos. Cenan, se aprovisionan
para la noche, ropa seca, alguna cura o estiramientos y salen de nuevo a
afrontar la peor parte de la carrera, la segunda noche, en la que tendrán que
luchar con el cansancio físico y sobre todo psicológico. Se les une al grupo
Vicky, que no está muy bien físicamente y que ha llegado sola a Camelle.
Nos preocupa el estado de alguno de los miembros de la comitiva que acaba
de salir, así que consideramos importante verlos durante la noche a ver si
necesitan algún tipo de ayuda. La idea inicial era verlos en el Cementerio de
los ingleses, pero por motivos que no vienen al caso (es otra historia que
algún día os contaré) creemos que no nos dará tiempo a llegar y Bea y yo
ponemos rumbo a Cabo Vilán. Buff, cómo sopla el viento, esperamos en el faro
las dos dentro del coche y el viento nos acuna con una facilidad pasmosa. Bajamos
a escrutar el horizonte en busca de las luces de las frontales y empezamos a
verlas, otra vez el mismo juego, ahora las vemos, ahora no las vemos, parece
que están cerca, pero este juego dura hora y media; salimos en busca del
sendero por el que se incorporarán a la carretera del faro (tienen que subir
hasta allí para volver a bajar en busca del sendero que les llevará rumbo a
Camariñas) y nos lleva más de una hora localizar las flechas verdes que indican
el camino (¿cómo son capaces de verlas ellos en plena noche?
Por fin aparecen los primeros, Felipe
y Quito entre ellos, pero nos informan que el grupo se ha divido en dos porque
Vicky está mal físicamente y va muy lenta retrasando el grupo por lo que los
que se han incorporado esta noche deciden acompañarla y atajar sin subir al
faro y dirigirse a Camariñas. En el Faro los reciben con antorchas y al ritmo
de las gaitas con “ao pasar por Camariñas” y la farera les abre el faro para el
avituallamiento, increíble, se nos ponen los pelos de punta, pero Bea y yo
arrancamos a ver si llegamos a ver a Berto antes de que se metan de nuevo en el
sendero, pero no hay suerte, así que tiramos para Camariñas.
Cuando los vemos en Camariñas van llegando por grupos, les facilitamos
agua, fruta, vaselina para las rozaduras, etc. y Bea le hace un vendaje con
gasas a Felipe, que será mano de santo para sus problemas con las rozaduras
inguinales. Llega Vicky y le ofrecemos llevarla en el coche porque va muy lenta
y no puede seguir el ritmo de los demás, dice que no, que quiere darse una
ducha y continuar sola a su ritmo y la dejamos camino del pabellón de deportes
de Camariñas donde están durmiendo los acompañantes y el equipo sanitario. Se
ponen todos en marcha y nosotras salimos para Muxía, a ver si nos da tiempo a
dormir un poco antes de que lleguen ellos.
Cuando nos despertamos después de una siesta de tres horas en el coche, nos
enteramos que los canarios que ya han llegado, abandonan porque uno de ellos
tiene una sobrecarga importante y el compañero no quiere continuar sin él. La
llegada a Muxía de los corredores es impresionante: llegan en pequeños grupos,
y en todos hay alguien bastante tocado, y planteándose dejarlo allí, pero por
suerte Felipe es uno de los que mejor están. Estamos todos superemocionados
viendo como están, lo que han sufrido, y como los que están mejor física y
psicológicamente animan al resto para continuar, es una pena que habiendo
llegado hasta allí no continúen. Poco a poco entre el desayuno, los ánimos, los
cuidados médicos, alguna lágrima que se escapa y se lleva las malas vibraciones,
el grupo de los cuatro supervivientes (Felipe, Quito, Jorge y Jabalí) salen
juntos decididos a llegar hasta el final acompañados por Soe (Diego) que había
hecho las primeras etapas y ya se había ido a su casa, pero decidió que tenía
que volver a apoyar a los compañeros que querían hacerlo entero y de madrugada
se les une de nuevo en Camariñas, todo un ejemplo de compañerismo, y serán
cruciales para más de un corredor para conseguir su objetivo, los cuidados y la
dedicación de Soe, ME QUITO EL SOMBRERO ante tu actitud. También se unen aquí
el Machadas Team, para acompañar a Felipe durante 25 kilómetros pero que al
final serán 50 porque deciden llegar hasta el faro con él. Impresionante el
ritmo y los ánimos que le infundieron al grupo: URRA POR EL MACHADAS TEAM.
El sábado fue un día duro por el cansancio de todos y porque quedaban por
delante 50 km. con las dos etapas más difíciles del recorrido, con los pies
destrozados, los músculos sobrecargados pero van tirando hacia delante, comiéndose
los quilómetros. A medio día fin de la séptima etapa en la playa de Nemiña y
empieza el tramo final, pero sale el sol y empieza a hacer bastante calor,
menos mal que sopla bastante el viento. Felipe está pletórico, no sé de dónde
saca las fuerzas, parezco yo más cansada que él y en playa Leis necesito darme
un baño super rápido para despejarme un poco.
Pero aún quedaban sorpresas, en la playa do Rostro está la familia García
Papín esperando a Felipe, y salen a su encuentro para acompañarlo en los cerca
de 4 km. de longitud y Felipe ante el subidón que le da ver a Inés y Eliseo
corriendo hacia él, coge a Ines en brazos y la hace girar (¿de dónde saca esa
energía?), esto le anima aún más y hará que empiece a trotar de nuevo a su
ritmo poniéndose en la cabeza de la carrera acompañado del Machadas Team hasta
llegar al faro. Agradecer a la familia García Papín que siguieron desde
distintos puntos la evolución de Felipe y lo esperaron en el faro de Finisterre
llegando tarde a una cena familiar.
Llegada al faro de Finisterre: INDESCRIPTIBLE, Felipe llega el primero y
corriendo, pero la organización lo para a esperar a los otros 3 finalistas para
entrar todos juntos, veinte minutos después están todos juntos rodeados de los
corredores que los acompañaron estos últimos quilómetros y hacen la entrada
triunfal en el faro. Un pasillo humano formado por los miembros de Fegerec,
Trasnos, amigos y familiares los espera aplaudiendo y gritando, pasan por el
pasillo entre vítores los cuatro ULTRATRAILS de primeros y el resto de
corredores detrás, cegados por los flases, llorando todos de emoción, las
gaitas sonando… No hay palabras para describirlo.
Una experiencia única, en lo deportivo, en lo humano, ver como sufrían,
como se apoyaban y se animaban unos a otros… la organización pendiente de
ellos, viendo lo que estaban sufriendo por una buena causa, por no defraudar a
sus donantes… Me alegro mucho de haber acompañado a Felipe en esta locura,
después de 22 años sigue sorprendiéndome, ver lo “fresco” que llegó al faro
después de 200 km… ENHORABUENA CAMPEÓN.
gracias Beti por tu relato al detalle y sobre todo por tu ayuda incondicional para el resto de los corredores , guapa!!
ResponderEliminarQue grande¡¡¡¡ brutal ¡¡¡
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