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jueves, 31 de julio de 2014

UNA EXPERIENCIA ÚNICA

UNA EXPERIENCIA ÚNICA

"O Camiño dos Faros"

Beti Vizcaíno

Es muy difícil plasmar con palabras lo vivido durante esas cuarenta y ocho horas, tantas emociones y experiencias juntas, pero voy a intentarlo.

Llegamos a Malpica a las once de la noche pasadas, tiempo bastante justo para contactar con la organización y salir porque el trail comienza a las doce ¡¡empezamos con el estrés!!
La salida es muy emocionante, viendo que tu marido no es el único loco que se anima a “disfrutar” de un ultra trail por una buena causa. Felipe me presenta a varios compañeros de batallas de los que tanto había oído hablar y que no conocía, y nos ponemos en marcha. Un minuto de silencio en memoria de las víctimas de Angrois y paseo por Malpica a ritmo de gaitas, escoltados por Trasnos y miembros de Fegerec portando antorchas y pistoletazo de salida, allí van por el paseo unos 40 o 50 corredores entre los 26 que intentarán el reto de los 203 y los que se han apuntado a acompañarlos los primeros quilómetros. Desfile de frontales a trote borriquero por la costa de Malpica y los perdemos de vista.

Informo por whatsapp a familia, amigos y miembros del club que están pendientes de Felipe, que ya ha salido y ahora toca abordar mi táctica de la noche. Aunque es la primera noche y salen provistos de todo lo necesario para esas primeras horas (frontales con pilas, guardavientos, agua, barritas energéticas, frutos secos, geles, fruta, etc.) decido buscar un sitio donde esperarlos más o menos a mitad de la noche por si necesitan algo, porque para el primer avituallamiento faltan muchas horas. Estudio el recorrido en el mapa y el destino es la playa de Niñóns, ponemos el GPS en marcha y arranco a ver si doy con ella. ¡Bingo! He llegado, es la una de la mañana, buena hora para echar una cabezadita mientras no llegan. Como según el horario previsto pasarán por allí sobre las 5,15 h. decido poner la alarma del móvil para las 4,50 h. para que me dé tiempo a espabilarme antes de que pasen y estar atenta a ver si distingo la luz de las frontales porque no estoy muy segura de que donde estoy aparcada sea un punto de paso. Me acomodo en el coche y a dormir, pero no es tan fácil, a unos cien metros hay un grupito de 5 ó 6 tiendas de campaña, parecen varias familias amigas con niños incluidos, que no tienen las mismas intenciones que yo, así que hasta las dos y pico no paran los movimientos de linternas, puertas de coche que se abren y se cierran, cuchicheos y risas… pero sobre las dos y media parece que todo se queda oscuro y en silencio así que me duermo.

De repente algo me despierta, tumbada en el asiento trasero miro la hora, sólo son las 4,15 pero parece que ya ha amanecido porque hay mucha claridad, pero… la luz parece que se mueve, me incorporo y ante mí…¡La Santa Compaña! Un grupo de luces bajan hacia el coche trotando, en el momento en que están delante del coche abro la puerta (con lo que se enciende la luz interior):
“Hola chicos ¿qué hacéis aquí con una hora de adelanto” (alguno se lleva un pequeño susto porque no esperan encontrar a nadie)
“Este que nos trae a fume de carozo” (no sé quién es este, no veo caras, solo frontales que me alumbran).

Aquí está el primer grupo, en el que se encuentra Felipe, traen un buen ritmo porque se han adelantado prácticamente una hora al horario previsto, les ofrezco agua fresca que algunos aceptan y se ponen de nuevo en marcha, pero en ese momento llega el todo terreno de la Cruz Roja con algún Trasno y se paran cinco minutos más, aunque la pareja de canarios aprovecha para despegarse y seguir ruta, desde este momento irán siempre (o casi siempre) en cabeza. Objetivo conseguido, he visto a Felipe, ha repuesto la mochila y va bien aunque el rito que llevan es alto.

Siguiente punto faro del Roncudo; al llegar veo un coche aparcado ¿qué hará aquí un coche a las 5,30 de la mañana? Supongo que será una parejita de enamorados y aparco lo más alejada posible para no restarles intimidad ¡Qué mal pensada! Después me enteraría que eran Trasnos durmiendo esperando a que llegasen los corredores.

Bueno, una vez aparcada salgo a ver cómo está la noche y aunque sopla mucho el viento la temperatura es muy agradable. Toca preparar más bebida isotónica y bolsas de surtidos de frutos secos por si Felipe necesita reponer algo, y así estoy entretenida hasta que empiezo a ver los primeros frontales a lo lejos, parecen sólo dos, ahora los veo, ahora no los veo, ahora los vuelvo a ver y poco a poco se acercan hasta que llegan a mí. Sólo son dos, el dúo canario, que me comentan que viene el resto detrás que les han hecho un avituallamiento y que los demás paraban demasiado por lo que ellos decidieron arrancar solos en cabeza. Me piden agua (deben confundirme con los Trasnos de la organización, y no será la única vez) y les invito al agua fresquita que llevo en la nevera para Felipe, inocente de mí, cuando me doy cuenta en vez de beber están rellenando los depósitos de su mochila, los dos, ¡adios agua fresquita Felipe! Arrancan rumbo al puerto y al poquito aparece el grupo de Felipe. Pletóricos, han superado la primera noche y se encuentran muy bien, unas palabras, y rumbo al puerto de Corme.

Están acabando de montar el avituallamiento porque los corredores siguen recortando tiempo y van con algo más de una hora de adelanto, pero menudo avituallamiento: café, leche, caldo limpio, fruta (sandía, naranja…) bocadillos de jamón serrano y de nocilla, barritas energéticas, aquí no falta de nada. Diez minutos observando como terminan de montar y ya está aquí de nuevo Felipe. Comenta que empieza a molestarle un poco en la ingle porque se le está irritando, así que se unta un poco más en vaselina, desayuna y ¡Oh, sorpresa! Llega un equipo sanitario compuesto por fisioterapeutas, enfermeras y podóloga. Felipe aprovecha y pide que le hagan unos estiramientos y queda como nuevo.

Le sugiero que va siendo hora de ponerse en marcha pero prefiere esperar a algunos de los que no han llegado, porque prefiere ir en grupo con la gente que conoce que suele llevar su ritmo. El whatsapp empieza a despertar con preguntas de todo el mundo para saber cómo va Felipe. Les comento que está esperando a algún compañero y empiezan a machacarme el teléfono: que no lo deje esperar, que no puede romper el ritmo, que no debe ir pendiente de nadie, que vaya a su propio ritmo… Le traslado toda esa información y aunque reconoce que es demasiada espera, al final resultará ser una buena táctica porque algunos de los forman el grupo de salida de Corme será su compañero todo el recorrido y llegarán con él a Finisterre. Llevan 41 km. y ya han superado una noche, me parece muchísimo pero viendo todo lo que queda por delante... Yo estoy algo cansada, casi no he dormido, pero por lo menos no he corrido y pienso en que ellos llevan cerca de 9 horas en movimiento y me parece que es una misión imposible aguantar otras 36 horas así.

Podría seguir contándoos parada por parada como me sentía y como los encontraba, pero entonces esta crónica no se acabará nunca así que resumiré un poco.

En Ponteceso la parada es justa, beber y comer algo y arrancar, siguen muy bien de tiempo y sale el mismo grupo junto. Llegada al dolmen de Dombate, los turistas que van a visitar el Dolmen están sorprendidos: mesas con comida y bebida, camillas para masajes y curas, en el aparcamiento hay montado un restaurante y un hospital de campaña. Más de 65 quilómetros sobre el cuerpo, algunos empiezan a necesitar que la podóloga les trate los pies, pero según ellos hace milagros, algún estiramiento más y toca comer, ensalada de pasta a mayores de todo lo que les ofrecieron en el desayuno. El tiempo está ayudando mucho, aunque hay mucha humedad en el ambiente y la temperatura es ligeramente alta, no calienta el sol, el cielo cubierto les ayuda en esta dura batalla.

Los veo de nuevo en Laxe, donde me uno a Bea Fariña y a Berto, que se incorporá en Camelle para acompañar a Felipe en uno de los momentos más críticos del ultra, la segunda noche. Siguen con ventaja sobre el tiempo oficial y están pensando en dormir algo por la tarde para afrontar mejor la noche; no os hagáis ilusiones, dormir algo será dormir una hora, pero no nos adelantemos. En Laxe paran lo justo, y continúan hacia el Faro de Laxe y Playa de Soesto donde merendarán algo. Felipe llega con “sus partes” escaldadas del sudor y del roce y necesita la ayuda de las enfermeras que le cubren de talco como a los bebés.


Cinco y pico de la tarde sale de nuevo el grupo, en el que se encuentran los cuatro “jinetes del apocalipsis”, Felipe, Jabalí do Sacho, Quito Ponteceso y Jorge García, con la intención de dormir a la salida de la playa aprovechando que van por delante del tiempo previsto, y duermen sí, una horita, ni más ni menos. Felipe deja sorprendidos a sus compañeros porque aún no ha apoyado la cabeza en la arena y ya está roncando, je, je, a Jabalí que está a su lado no le hará mucha gracia. Pasada la hora justa de nuevo en marcha rumbo a Camelle donde les espera una paella y churrasco para reponer fuerzas y afrontar la noche que será una etapa dura.

Los esperamos en Camelle al olor de la paella y el churrasco que les ofrecerán de cena, acompañados de un amplio grupo de Trasnos que a estas alturas ya están más que impresionados por la gesta de estos corredores, ellos que se han pateado todo el trail (eso sí, por etapas) y que conocen la belleza y la dureza de la prueba. Antes de que lleguen salen camino de Cabo Vilán la pareja de canarios, incansables, a su ritmo, con sus paradas cronometradas y que en ese momento son la cabeza de carrera de los corredores que la van a hacer completa. Mientras Berto y Javier Estévez que también se incorpora en este punto, se preparan para su etapa nocturna llega el grupo de Felipe y los recibimos con los aplausos y los vítores de los Trasnos. Cenan, se aprovisionan para la noche, ropa seca, alguna cura o estiramientos y salen de nuevo a afrontar la peor parte de la carrera, la segunda noche, en la que tendrán que luchar con el cansancio físico y sobre todo psicológico. Se les une al grupo Vicky, que no está muy bien físicamente y que ha llegado sola a Camelle.


Nos preocupa el estado de alguno de los miembros de la comitiva que acaba de salir, así que consideramos importante verlos durante la noche a ver si necesitan algún tipo de ayuda. La idea inicial era verlos en el Cementerio de los ingleses, pero por motivos que no vienen al caso (es otra historia que algún día os contaré) creemos que no nos dará tiempo a llegar y Bea y yo ponemos rumbo a Cabo Vilán. Buff, cómo sopla el viento, esperamos en el faro las dos dentro del coche y el viento nos acuna con una facilidad pasmosa. Bajamos a escrutar el horizonte en busca de las luces de las frontales y empezamos a verlas, otra vez el mismo juego, ahora las vemos, ahora no las vemos, parece que están cerca, pero este juego dura hora y media; salimos en busca del sendero por el que se incorporarán a la carretera del faro (tienen que subir hasta allí para volver a bajar en busca del sendero que les llevará rumbo a Camariñas) y nos lleva más de una hora localizar las flechas verdes que indican el camino (¿cómo son capaces de verlas ellos en plena noche?

 Por fin aparecen los primeros, Felipe y Quito entre ellos, pero nos informan que el grupo se ha divido en dos porque Vicky está mal físicamente y va muy lenta retrasando el grupo por lo que los que se han incorporado esta noche deciden acompañarla y atajar sin subir al faro y dirigirse a Camariñas. En el Faro los reciben con antorchas y al ritmo de las gaitas con “ao pasar por Camariñas” y la farera les abre el faro para el avituallamiento, increíble, se nos ponen los pelos de punta, pero Bea y yo arrancamos a ver si llegamos a ver a Berto antes de que se metan de nuevo en el sendero, pero no hay suerte, así que tiramos para Camariñas.
Cuando los vemos en Camariñas van llegando por grupos, les facilitamos agua, fruta, vaselina para las rozaduras, etc. y Bea le hace un vendaje con gasas a Felipe, que será mano de santo para sus problemas con las rozaduras inguinales. Llega Vicky y le ofrecemos llevarla en el coche porque va muy lenta y no puede seguir el ritmo de los demás, dice que no, que quiere darse una ducha y continuar sola a su ritmo y la dejamos camino del pabellón de deportes de Camariñas donde están durmiendo los acompañantes y el equipo sanitario. Se ponen todos en marcha y nosotras salimos para Muxía, a ver si nos da tiempo a dormir un poco antes de que lleguen ellos.


Cuando nos despertamos después de una siesta de tres horas en el coche, nos enteramos que los canarios que ya han llegado, abandonan porque uno de ellos tiene una sobrecarga importante y el compañero no quiere continuar sin él. La llegada a Muxía de los corredores es impresionante: llegan en pequeños grupos, y en todos hay alguien bastante tocado, y planteándose dejarlo allí, pero por suerte Felipe es uno de los que mejor están. Estamos todos superemocionados viendo como están, lo que han sufrido, y como los que están mejor física y psicológicamente animan al resto para continuar, es una pena que habiendo llegado hasta allí no continúen. Poco a poco entre el desayuno, los ánimos, los cuidados médicos, alguna lágrima que se escapa y se lleva las malas vibraciones, el grupo de los cuatro supervivientes (Felipe, Quito, Jorge y Jabalí) salen juntos decididos a llegar hasta el final acompañados por Soe (Diego) que había hecho las primeras etapas y ya se había ido a su casa, pero decidió que tenía que volver a apoyar a los compañeros que querían hacerlo entero y de madrugada se les une de nuevo en Camariñas, todo un ejemplo de compañerismo, y serán cruciales para más de un corredor para conseguir su objetivo, los cuidados y la dedicación de Soe, ME QUITO EL SOMBRERO ante tu actitud. También se unen aquí el Machadas Team, para acompañar a Felipe durante 25 kilómetros pero que al final serán 50 porque deciden llegar hasta el faro con él. Impresionante el ritmo y los ánimos que le infundieron al grupo: URRA POR EL MACHADAS TEAM.


El sábado fue un día duro por el cansancio de todos y porque quedaban por delante 50 km. con las dos etapas más difíciles del recorrido, con los pies destrozados, los músculos sobrecargados pero van tirando hacia delante, comiéndose los quilómetros. A medio día fin de la séptima etapa en la playa de Nemiña y empieza el tramo final, pero sale el sol y empieza a hacer bastante calor, menos mal que sopla bastante el viento. Felipe está pletórico, no sé de dónde saca las fuerzas, parezco yo más cansada que él y en playa Leis necesito darme un baño super rápido para despejarme un poco.

Pero aún quedaban sorpresas, en la playa do Rostro está la familia García Papín esperando a Felipe, y salen a su encuentro para acompañarlo en los cerca de 4 km. de longitud y Felipe ante el subidón que le da ver a Inés y Eliseo corriendo hacia él, coge a Ines en brazos y la hace girar (¿de dónde saca esa energía?), esto le anima aún más y hará que empiece a trotar de nuevo a su ritmo poniéndose en la cabeza de la carrera acompañado del Machadas Team hasta llegar al faro. Agradecer a la familia García Papín que siguieron desde distintos puntos la evolución de Felipe y lo esperaron en el faro de Finisterre llegando tarde a una cena familiar.

Llegada al faro de Finisterre: INDESCRIPTIBLE, Felipe llega el primero y corriendo, pero la organización lo para a esperar a los otros 3 finalistas para entrar todos juntos, veinte minutos después están todos juntos rodeados de los corredores que los acompañaron estos últimos quilómetros y hacen la entrada triunfal en el faro. Un pasillo humano formado por los miembros de Fegerec, Trasnos, amigos y familiares los espera aplaudiendo y gritando, pasan por el pasillo entre vítores los cuatro ULTRATRAILS de primeros y el resto de corredores detrás, cegados por los flases, llorando todos de emoción, las gaitas sonando… No hay palabras para describirlo.




Una experiencia única, en lo deportivo, en lo humano, ver como sufrían, como se apoyaban y se animaban unos a otros… la organización pendiente de ellos, viendo lo que estaban sufriendo por una buena causa, por no defraudar a sus donantes… Me alegro mucho de haber acompañado a Felipe en esta locura, después de 22 años sigue sorprendiéndome, ver lo “fresco” que llegó al faro después de 200 km… ENHORABUENA CAMPEÓN.


2 comentarios:

  1. gracias Beti por tu relato al detalle y sobre todo por tu ayuda incondicional para el resto de los corredores , guapa!!

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  2. Que grande¡¡¡¡ brutal ¡¡¡

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