ORIENTACIÓN
EN LA NOCHE
Por Beti Vizcaino
Este fin de semana la
sección de montaña del club se estrenaba en carreras de orientación, y que
mejor manera de hacerlo que probar la más difícil de las modalidades, la
orientación nocturna. Organiza el club Gallaecia y patrocina Casa de Sixto.
La prueba es a las 19
horas así que la gran representación del club compuesta por Eliseo y Mario,
Aroa, Tomás y yo (Iago fue baja de ultima hora por estar perdido en su carrera
de orientación particular en Marineda) llegamos sobre las 18:00 h.
Recogida de tarjetas y
a prepararse, charla técnica y explicaciones a los novatos. Primero salen los
de la carrera larga y después nos colocamos nosotros en línea de salida para
hacer la media, de 5 km, nos reparten los mapas que no puedes mirar hasta 1 min
antes de la salida.
Como esta carrera es
o-pie, que quiere decir que la haces en el orden que quieres, decidimos salir
en dirección contraria a la mayoría. Se suponía que íbamos a por la baliza número 9 y por fin después de algunas dudas,
discusiones y enfados llegamos, “está aquí” “¿que número pone?” upss la 8...
pues empezamos bien, bueno nos resituamos y orientamos y entre nuestro trabajo
leyendo el mapa y la escandalosa colaboración de los otros equipos vamos
localizando las siguientes que están en esa zona, lo cual nos anima bastante.
Nos toca cambiar para
otra zona del mapa bastante alejada y con bastante puntería localizamos la
baliza 2 y salimos a la carrera a por la 6, donde comentemos el gran error de
los novatos, estas carreras tienen un tiempo límite y es más importante entrar
en tiempo que conseguir todas las balizas, así que entre que dejamos un poco de
lado el mapa y tratamos de atajar para alcanzar a otros grupos, error, y lo
pagamos: nos perdimos y tardamos unos cuantos minutos.
Cuando nos situamos la
hora de cierre ya estaba cerca, pero las balizas que buscábamos también así que
arriesgamos. Íbamos consiguiéndolas con relativa facilidad lo que nos animaba
a seguir pero Mario nos recordaba
constantemente el tiempo que nos quedaba y la cosa se iba apretando así que
finalmente decidimos dejar la baliza 7, aunque nos quedaba de camino de regreso
a meta, para así entrar en tiempo. La prisa nos llevo a cometer dos veces el
mismo error, no leer el mapa y correr, por lo que tuvimos que volver sobre
nuestros pasos en alguna ocasión y al final llegamos fuera de tiempo y con una
baliza menos.
En resumen un
recorrido que era de 5 kilómetros, nosotros lo convertimos en uno de 11, que
nos llevo 2 h y 9 minutos, pero... ¡¡¡cómo lo disfrutamos!!!, realmente lo
pasamos muy bien, tanto los niños como los adultos.
En el capítulo de
agradecimientos debemos incluir a dos utilleras de lujo, Beti e Inés que nos
estuvieron esperando en línea de meta con todo preparado, acuarius, bocadillos,
fruta y por supuesto el caldito recuperador.
Que bueno,
repetiremos.
Beti.
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